domingo, 24 de abril de 2011

Desde mi celda - Reflexiones


    ¿ Qué escribirían si estuvieran desde su celda? Celda que puede ser la metáfora de alguien que se siente prisionero de su propia vida. Alguien que tiene miedo de arriesgarse, de luchar por sus sueños, pues lo llamarían de iluso, ya que la vida no es hecha de fantasías, sino de objetividad.
      Un mundo cada vez más materialista y competetitivo, que nos exije cada vez más y más...y sin lugar para las ilusiones...
     O un mundo que está buscando ser más justo, y ser de veras feliz, ya que las verdades absolutas, y todo lo que fue dictado por "la razón", ha sido derramado, asomando los cambios...la posibilida de renovarse...
      No hay más excusas para no ser feliz. Haz lo que te encanta, lo que te llena de amor, amor por la familia, por Dios, por los estudios, por el trabajo....por la Vida.
      Todo lo que es hecho con amor se torna divino, luego, por más que lo tarde en suceder lo que tanto quiere, el éxito llegará, seguro que llegará.
      Y como ya se lo dijo nuestro amable poeta Alejandro Sanz :

                                       Donde convergemos

 
Ya iba teniendo ganas mira de conocerte,
Yo ya no tengo fuerzas, pa' rescatar mi suerte,
Tengo algún sueño roto y tengo un plan pa' tenerte,
¿Lo quieres ver? Más allá… yo… tú.
Ya tengo yo el conocimiento exacto
Ya no te pido nada de lo que yo no me pueda hacer cargo
Ahora sólo hace falta que tú
Me digas que quieres ser parte de mí, parte de mí.
Ya no pretende hacerte el cuento más largo


Ahora ya no pongo más excusas, prefiero mojarme y
Arreglarme
Sigo teniendo la intención de quererte hasta que se
Apague mi sol
Eso es lo único que no ha cambiado.
Puedes gritar,
He buscao detrás de tus sentimientos y no te encuentro,
Amor
Puedes callar

Porque tú tienes el poder                                
Tú tienes en tus manos la fuerza del ser
Tú puedes hacer todo lo que quieras
Tú puedes llegar a donde sueñas
Yo sé que tú puedes, puedes, puedes

No lo dejes para después,
Tampoco lo vayas a hacer antes de tiempo,
Todas las cosas tienen su momento, búscalo
Ese momento exacto ese punto,
Donde convergen los sueños,
Donde converge lo nuestro,
Donde convergemos.
Ese punto donde convergen los sueños,
Donde converge lo nuestro,
Donde convergemos



Mira…
Vuela alto, vuela alto
Elévate a los cielos y luego nos cuentas algo
Vuela alto, vuela alto
No permitas que el tiempo te deje atrás

Porque tú tienes el poder
Tú tienes en tus manos la fuerza del ser
Tú puedes hacer todo lo que quieras
Tú puedes llegar a donde sueñas
Yo sé que tú puedes, puedes, puedes
No lo dejes para después,
Tampoco lo vayas a hacer antes de tiempo,
Todas las cosas tienen su momento, búscalo
Ese momento exacto ese punto,
Donde convergen los sueños,
Donde converge lo nuestro,
Donde convergemos...


 Fuente: Cancionero 40 vueltas al Sol.Alejandro Sanz.2009


Desde mi Celda

Carta I
 

       "Queridos amigos: Heme aquí transportado de la noche a la mañana a mi escondido valle de Veruela; heme aquí instalado de nuevo en el oscuro rincón del cual salí por un momento para tener el gusto de estrecharos la mano una vez más, fumar un cigarro juntos, marchar un poco y recordar las agradables aunque inquietas horas de mi antigua vida. Cuando se deja una ciudad por otra, particularmente hoy que todos los grandes centros de población se parecen, apenas se percibe el aislamiento en que nos encontramos, antojándosenos al ver la identidad de los edificios, los trajes y las costumbres, que al volver la primera esquina vamos a hallar la casa a que concurríamos, las personas que estimábamos, las gentes a quienes teníamos costumbres de ver y hablar de continuo. En el fondo de este valle, cuya melancólica belleza impresiona profundamente, cuyo eterno silencio agrada y sobrecoge a la vez, diríase, por el contrario, que los montes que lo cierran como un valladar inaccesible nos separan por completo del mundo. Tan notable es el contraste de cuanto se ofrece a nuestros ojos, tan vagos y perdidos quedan al confundirse entre la multitud de nuevas ideas y sensaciones los recuerdos de las cosas más recientes.
[...]
         Ayer con vosotros en la tribuna del Congreso, en la redacción, en el Teatro Real, en La Iberia; hoy, sonándome aún en el oído la última frase de una discusión ardiente, la última palabra de un artículo de fondo, el postrer acorde de un andante, el confuso rumor de cien conversaciones distintas, sentado a la lumbre de un campestre hogar donde arde un tronco de carrasca que salta y cruje antes de consumirse, saboreo en silencio mi taza de café, único exceso que en estas soledades me permito, sin que turbe la honda calma que me rodea otro ruido que el del viento que gime a lo largo de las desiertas ruinas y el agua que lame los altos muros del monasterio o corre subterránea atravesando sus claustros sombríos y medrosos.
[...]
        Como quiera que, cuando se viaja así, la imaginación desasida de la materia tiene espacio y lugar para correr, volar y juguetear como una loca por donde mejor le parece, el cuerpo, abandonado del espíritu, que es el que se apercibe de todo, sigue impávido su camino hecho un bruto y atalajado como un pellejo de aceite, sin darse cuenta de sí mismo ni saber si se cansa o no. En esta disposición de camino anduvimos no sé cuántas horas, porque ya no tenía ni conciencia del tiempo, cuando un airecillo agradable, aunque un poco fuerte, me anunció que habíamos llegado a la más alta de las cumbres que por la parte de Tarazona rodean el valle, término de mis peregrinaciones. Allí, después de haberme apeado de la caballería para seguir a pie el poco camino que me faltaba, pude exclamar como los cruzados a la vista de la ciudad santa:
Ecco aparir Gierusalem si vede.
       En efecto, en el fondo del melancólico y silencioso valle, al pie de las últimas ondulaciones del Moncayo, que levantaba sus aéreas cumbres coronadas de nieve y de nubes, medio ocultas entre el follaje oscuro de sus verdes alamedas y heridas por la última luz del sol poniente, vi las vetustas murallas y puntiagudas torres del monasterio, en donde ya instalado en una celda, y haciendo una vida mitad por mitad literaria y campestre, espera vuestro compañero y amigo recobrar la salud, si Dios es servido de ello, y ayudaros a soportar la pesada carga del periódico en cuanto la enfermedad y su natural propensión a la vagancia se lo permitan.


Gustavo Adolfo Bécquer

El Contemporáneo
3 de mayo, 1864 [A]


El texto completo se encuentra en: http://www.xtec.es/~jcosta/carceld.htm

Gustavo Adolfo Bécquer

        Gustavo Adolfo Bécquer ( 17 de febrero de 1836, Sevilla, 22 de diciembre de 1870, Madrid), poeta español que perteneció a los años finales del Romanticismo de España, período que algunos teóricos nombran de "Romanticismo Tardío".
         Nació en el seno de una familia de pintores y artistas. Sus padres murieron cuando él era muy pequeño y vivió desde entonces con su madrina, poseedora de una gran biblioteca.
           Vale decir que recibió una excelente educación artística que despertó su creatividad y su imaginación.
           En el año de 1854 se trasladó a Madrid para trabajar como periodista, pero no consiguió el éxito que esperaba. Colaboró en numerosos diarios y tradujo Nuestra Señora de París, de Victor Hugo.
          Así en 1857 volvió  a Sevilla, donde enfermó de tuberculosis, e ingresó en el monasterio de Veruela, en Zaragoza, para recuperarse. Dos años después volvió a Madrid, donde trabajó como periodista.
         Se casó en 1861 con Casta Esteban, pero no disfrutó de un matrimonio feliz, aunque tuvo tres hijos. La enfermedad avanzaba; y Bécquer sabía que no tenía remedio.
         Durante estos años trabajó como redactor de diversas publicaciones periódicas; por eso gran parte de su obra se halla en los diarios de la época.
          En 1867 el ministro don González Bravo, su protector y amigo, le concedió el cargo de censor de novelas; sin embargo, la Revolución de 1868 le impidió comenzar a desempeñar esta función.
          Tres años después, en 1871, la muerte de Valeriano, su hermano, le afectó profundamente. Ese mismo año, la tristeza y la tuberculosis acabaron con su vida.
            
Sobre su obra:
  •  Su romanticismo se difere de José Espronceda ( El estudiante de Salamanca) y José Zorrilla ( Don Juan Tenorio), que son los máximos póeticos de este período. Diferencia esta, porque Bécquer no es ni ardiente y combativo como el primero, ni mucho menos trovadoresco como el segundo. Es un poeta esencialmente lírico, y su poesía tiene un aire de encanto e de íntima dulzura, hasta melodiosa, visto las Rimas, que nasce del corazón, fruto del amor.
  •  Tomó como esencial el alma, la vida, el cielo, el sol y el mundo, o sea, todo eso se ve reflejado en su poesía, descartando lo artificial y exagerado. No habla solo de amor, o será que por hablar de amor, se habla de todo, si creemos que el amor rege todo.
  •  Su obra presenta tanto bellas Rimas como Cartas, como las Cartas desde mi celda, y Cartas literarias a una mujer, en que le toca discutir, además del amor, y otros temas existenciales,  el quehacer poético. En su grandiosa obra también se encuentra narraciones, teatro, artículos, crónicas, hasta leyendas.
            Así Bécquer camina desde la ficción hasta la crítica literaria, hecho que lo convierte en una de las figuras claves de la Literatura española.

Texto adaptado de: BLASCO, Diego, SORIANO, Nuria. Ficha de lectura: "El autor Gustavo Adolfo Bécquer", p.11. In: Leyendas Gustavo Adolfo Bécquer, Madrid: Espasa, 2002.


sábado, 23 de abril de 2011

Bienvenidos

  Hola gente sanzera,
  muy bienvenidos a este espacio dedicado a nuestro amable poeta  Alejandro  Sanz y sus poetas favoritos.
Esperamos que sigan disfrutando de tan buenísima poesía, como ya se lo ocurre en el twitter.
Toda semana subiremos trozos, sea de la grandiosa obra de Alejandro, sea la de sus poetas favoritos.
Y como se lo dijo El Gran Bécquer: "La poesía eres tú", luego, decimos convencidas que La poesía es Alejandro Sanz, que nos llena de amor, solidaridad e ilusiones!